La escuela de ellos y ellas
Escuela un espacio sin par, lugar que conlleva una intensidad propia de las tormentas que parecen no finalizar, quietud que conmueve, silencio que asusta, gritos que levantan sospechas, no hay otro territorio tan fructífero como el aula del cultivo. Pasillos que han desgastado su firmeza por el pasar de los miles de calzados, afirmando el proseguir de la vida de aquellos que transitaron por la vías del conocimiento, donde las calzadas los convocaban al tránsito de l descubrimiento de lo que algún día serían. Correr en sus patios es la libertad de los que esperan con ansias el abrir de sus puertas, marcos que afirman el entrar y salir de sus pasajeros, una estación en el crecer de los pensantes. Las campanas suenan y retumban a lo lejos, invitando a los motivados o desganados aprendices a saborear el paladar de los aprendizajes. Lentamente ingresan a los salones, un nuevo tiempo para nadar en los saberes del pensamiento humano, viajar al pasado recuperando las pie...