Embacaudores de la verdad
Seguir ¿por qué hacerlo?
A quién debemos seguir
Las causas pueden ser muchas, las razones de enrolarse en las ideas de otros es la bienvenida a la idealización del feligres.
Idealizar lo humanamente natural es la señal que evidencia la superficialidad del que se alista a formar parte del credo intencionado.
Lentamente se precipita a la senda del error, desviándose por el atajo que los llevará a la destrucción del alma.
Sus ojos son cubiertos por sutiles vendas que nublan su miradas, ocultándose la luz que les permite observar su entorno y saber en lo que están posando sus pisadas.
Al parecer sus pensamientos son adormecidos con los calmantes que son medicados por los líderes de la oscuridad, tinieblas se encuentran en sus discursos disipando tenebrosidad.
Son bienvenidos en la sustracción de sus libertades, cautivando sus conciencias en el parque de diversiones, entretenimiento es la llave de la hipnotización de los fieles.
Levantar el tono, profundizar la voz y aumentar el volumen para destacar las palabras claves, resaltando las verdaderas intenciones conjugadas en la verbalización de sus discursos. Donde asustar para dominar es la meta, estimular la culpabilidad en el corazón de los receptores es la antesala de la manipulación.
Miles van encadenados, esclavizados por los neo monarcas absolutistas. El brillo de sus avasallodoras personalidades deja en absoluta perplejidad a los pobladores de un pequeños y falaces reinos.
Absolutos e incuestionables son los líderes, que aman las condecoraciones, sus dichos son verdaderos encuentros con la verdad, ¿Quién podría atreverse siquiera a cuestionarlos? Dogmáticas son sus voluntades, que estimulan la marcha de los voluntarios magnetizados por su voz.
Elocuente inconsistencias, incontable inconsecuencias, imborrable inverosimilitud son las palabras que confieren en sus fantasiosos paraísos mentales.
Se adueñan de la verdad, escupen contra los que no abrazan sus torcidad gestas, enemigos despiertan aquí o allá, la imaginación les hace divagar de la realidad. Luchan no por la piedad, le alistan en la impiedad, destrozando a todos aquellos que osan a mirar sus rostros que destilan maldad.
Pedir lealtad a ciegas, encerrar las interrogantes con doble chapa como razón de seguridad, resguardar sus anhelos es más importante que el bienestar de los demás.
Succionar los intelectos, extraer los bolsillos, exprimir los afectos, trozar las uniones, evitando verter opiniones que conmueven a las indeseables rebeliones de los religiosos de la oscuridad.
Abrir los grilletes, convocar a la libertad, abrir los ojos y poder conocer la hermosura de la verdad, es el dulce renacer del que disfrutará la dulzura de volver a nacer.
Despertar del largo letargo es una bendita dicha que logran experimentar los llamados a separarse de las densas y maléficas obras del error; para venir a transitar al camino angosto del bendito bien, siendo iluminados por la luz que enmarca la puerta que nos permite encontrarnos con el buen Salvador.
Falso, el farsante que falsamente se interna en la vida de otros, trayendo mortandad en medio del valle de la paz, secando el flujo de amor, estorbando la dicha de conocer la comunión que conviven los nacidos por la buena voluntad del Padre de las luces.
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