Vaciedad


¿Qué es el abismo?


¿Qué valor tiene el sin sentido?


Vacío es la cara invisible del abismo, ¿cómo saber qué se encuentra en el sin fin de haberlo?

Lanzarle en lo que se oculta, ¿cuál es el verdadero precio de la vaciedad?

Vivir por vivir, sin el agrado de entenderlo y del por qué hacerlo.

Hacer y luego con qué razón seguir haciéndolo.

        Rutina que distancia los afectos que generan las felices motivaciones que encantan el acto mismo.

        Mismo placer que se apaga en el camino, luces que se mueren, brillos opacados, arenas estancadas, alas cortadas, pasarelas caídas, estrellas que caen, brazos que no levantan, piernas que se paralizan, corazón que se detiene y entonces ¿qué?.

        Ir y estar, sin querer estar ahí, no se trata del aquí o allá, se basa en lo que no se puede envasar.

¿Cómo se consume una piedra? de ¿Qué manera se puede coser un metal con un roca? 

Ejercerlo sin hacerlo, realizarlo sin moverse, movilizarse sin caminar, ¿Cuánto vacío existe en lo que hacemos?

Vaciedad que domina nuestras acciones, intenciones sin profundidad, conductas repetidas que carecen de virtudes. Ramos sin hojas, océanos sin agua, orillas sin olas, dunas sin arenas, volcán sin lava, motor sin combustible, pulmones sin aire, plumón sin tinta.

Estrecharse las manos sin desear sentirse, trabajar por obligación, privados de la satisfacción de ejercerlo con sentido.

Pedir perdón sin querer entender las consecuencias del mal hecho. Solicitar disculpas para zafarse de las consecuentes réplicas. 

Salir del paso, promesas que nunca quisieron cumplirse. Lágrimas que acompañan la dramatización del que finge lo que nunca sintió.

Envoltorios sin contenidos, oraciones sin nutrientes, sermones contenidos en sequedad.

Hacer por hacer qué sentido es.

Ir por ir, juntos pero no unidos.

Pintar sin sentir, escribir sin decir, interpretar sin conectar.

Qué difícil es unir la felicidad con la tristeza, la armadura con la dicha que genera la libertad del perdón. 


Armas en mano, flores bajo los pies.


Brazos abiertos, corazones clausurados.


Azucaradas palabras, voraces intenciones.


¿Cómo sentir plenitud en la vía de lo somero?


Abrazos forzados, que no alimentan el alma.


Religión descalcificada, activismo desnutrido.


Frivolidad que sostiene los elementos afectivos en el profundo abismo de la futilidad.

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