No encontrado

 

Cuando miramos alrededor y no lo encontramos, ¿qué hacemos?

¿Por qué lo escondemos?

¿Por qué su nombre es borrado de sus admiradores?

¿Qué razones existen para no mencionarlo en las canciones?

¿Por qué los poemas lo ignoran?

¿Cuál es el motivo de obviar su presencia?

Desde cuándo lo irremplazablemente explícito se volvió negociablemente implícito.

Preguntamos por Él y no tenemos referencias claras de su existencia

Es posible serlo y no hacerlo conocido, ¿Dónde está?

Mirar al cielo y no hallarlo, buscarlo en las páginas del algún libro que nos permita encontrarlo en el pasado, arrancaron las hojas de sus registros.

Nacer para celebrar su hito es parte de un reducido grupo de adherentes a sus proezas, aunque aún aquello quedó en las marchas de las modas fútiles. 

¿Cómo entender que sus enseñanzas sean veladas a sus posibles o viables seguidores?

Estaba y ahora no, dejo de existir, entonces, sus bondades serán sepultadas en las frágiles memorias de quienes olvidan lo que no aman.

Censurado y reemplazado por adjetivos que podrían vincularse con cualquier otro nombre.

Los aplausos y la admiración no son para Él, son para los que hablan o relatan historias de su benevolencia.

El sin sentido de avergonzarse de sus manifiestas enseñanzas contraculturales, las cuales podrían valer si quiere un desprecio o un par de agresiones verbales que opacarían la llama de las admirables obras de sus cálidas y tiernas manos.

¿Dónde comenzó el desvió de la atención? Proclamado y aislado, seguidores de hombres que ocultan su grandeza.

Los ojos se fijan en aquello que llama la atención, fijación en lo superfluo, banalidades que adulan la cruz y el mero relato de una historia del antaño.

Es, entonces, la cruz y los maderos la razón de sus adeptos, objetos que no son el fin, medios que se utilizaron para un acto y no el sentido del hecho.

Escuálidamente susurrado, adecuado o adaptado al contexto ideológico, deslucido en los abstractos de los ilegibles códigos del surrealismo religioso.

Experiencias, sensaciones, conocimiento, opulencias, señorías, oradores, obras arquitectónicas, personalidades atrayentes, envolventes discursos, figuras influyentes, tendencias, anhelos, codicias, ministros, entre tantos otros factores distractores.

Y dónde quedó, por qué lo volvimos a sacrificar para esconderlo en el museo que resguarda las reliquias del ayer.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Salientes

Volar una vez más