El valor del hoy
El afán del mañana pieza elemental del descuido del presente. Olvidamos el momento, poco lo disfrutamos porque nuestro pensamiento se fija en lo que vendrá.
Dejamos de gozar los instantes del hoy, cálidos, sonrientes e importantes son los fragmentos vívidos, llenos de vida, alegres momentos son dilatados al paso de lo queremos.
Pisoteamos el valor del ahora, los recuerdos que marcan la historia son aquellos que han trascendido del ayer, volviéndose esencia de nuestro caminar en el hacer.
Paremos ¡por favor! Vale la pena parar, es necesario pausar, ¿por qué correr? Si seguimos corriendo no podremos disfrutar el arte de observar los momentos, conocer las virtudes y agradecer lo degustado.
Detenerse del loco deseo que nos despierta el lejano horizonte de lo porvenir, ¿Cuándo beberemos el almíbar del hoy? Irreemplazables son los particulares encuentros en la pausa del tiempo, hoy es la etapa de abrazar el agradecimiento, mirarnos, pensarnos en lo que hacemos y sonreír por lo hecho.
Valorar lo recibido, el hoy es la esencia de lo que en el ayer fue anhelado, soñado por el sediento del futuro, que continuará desprendiéndose del hoy para correr incansablemente detrás del mañana.
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