La dudosa mentira
Con la mentira se logra gobernar.
Con ella logramos converser.
Es normal mentir en la capital de la mentira.
El engaño no parece raro si es normal hacerlo.
¿Quién no mintió?
¿Quién no se refugió en ella?
¿Quién enseñó lo aparente?
¿Cómo llegamos a valorarla?
Es casua y efecto; semilla que contrae frutos
Ella no es inusual, no es una pasajera, vive en medio de nuestros hogares.
Quienes nos gobiernan se reúnen en pos de ella.
Con ella nos mantienen dormidos
Es posible crear realidades paralelas, mundos fantasiosos y fabulosos encantados.
Es fingida, acaricia nuestra cara, nos susurra a nuestros oídos, nos embriaga con sus melodías.
¿Cómo saber cuando no es ella?
Experta en mimetismo, se encubre y no la vemos.
Primer recurso, asistencia en medio de la verdad, escapista que logra escapar, pero siempre dejará una marca que la delatará.
Aclamada como la llave que abre puertas para dar acceso al camino del crecimiento personal.
Negarla es amarla, renegar de ella es protegerla.
"Yo no fui" es su obra, desconocer el hecho es una de sus mejores composiciones.
Una mentirita trae una mentira y ella una mentirota, el flujo se convierte en un ciclo, un círculo o rueda que sigue su curso aplastando los argumentos de la realidad.
Los dogmas son ansiolíticos que adormecen las inquietudes que se despiertan en medio de las tinieblas para traer luz a las conciencias soñolientas.
Nadie nos enseñó, no fue necesario estudiarlo para entenderlo, sólo fue necesario dejarnos llevar, inevitablemente estaba con nosotros, se activo con el uso de la razón, entendimos sus utilidades.
Entonces fuera moral; ética destruida, valores quebrantados, el horrible y despiadado paso de ella, que arrastra con todo, sin respeto lo destruye todo al pasar, provocando muerte y dolor en los desventurados humanos, que increíblemente la desprecian pero la resguardan porque para ellos es una herramienta necesaria para la sobrevivencia en el valle de los corruptos.
La creemos porque por increíble que parezca la deseamos, nos mienten a cada rato, nos manipulan y desinforman en el constructo de lo inverosímil; cuentos e historias gestadas donde formamos parte de una gran mentira, aceptarlo es parte de la contracara del engaño.
No podemos obviar las consecuencias que tiene la verdad, pero tampoco podemos disimular las consecuencias de la mentira.
Buscar la verdad, ir de detrás de ella contrae heridas, enfrentarse a la realidad es doloroso, derribando nuestro orgullo, botando el engaño, despejando la oscura duda, acercándonos a la certeza y dejarse abrazar por la justicia que representa la libertad.
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