Naturaleza sin afectos
Artificial es la condición del orden.
Plantas o flores plásticas.
Continentes flotantes, Islas sustentadas en desechos.
Alimentos que fingen un origen naturalmente natural, pero que nacen artificialmente, bellos externamente pero lejos de toda consistencia.
Comida chatarra, alimentación que no alimenta, nutrición irrelevante que debilita el ser, por un momento parece pero no lo es.
Peces infectados, océanos contaminados, aves que incrustan en sus órganos residuos que dañarán hasta la muerte sus breves existencias.
Botellas que bordean las costas opacando el esplendor de la rocas.
Olas que vomitan la basura que vulgarmente lanzamos al océano, creyendo que es el vertedero de una sociedad que no conoce la esencia de convivir en armonía con lo creado.
Humedales que humecen los envoltorios olvidados o tal vez intencionalmente intencionados para alimentar nutritivamente a los habitantes del condominio natural.
Carreteras que florecen con pañales, ¡que hermoso paisaje! siempre fue su destino, decorar las autopistas, el urbanismo que ilumina los ambientes rurales, un sentido profundo de armonizar texturas y aromas, cual desecho que violentamente se apodera del habitad de otros.
Montañas que alegremente reciben los pies de aquellos que aplastan las hermosas flores que visten las rocas de colores, que amigas del viento conforman alusinantes danzas estacionales. Por un momento observadas, pero el impulso es más importante, arrancarlas es arruinar la obra pictórica de la naturaleza.
Ríos conductos de nuestros desechos, los peces ya no viajan en las corrientes, ellos recorren los flujos de agua en medio de sillones, tapas de baños y otros medios de transportes, que amables somos, los habitantes del mundo animal lo agradecen profundamente.
Animales que no se observan porque emigran del mayor de los peligros, los gritos los asustan, huyen de nuestras pisadas, nuestras manos los han exterminado, ¿podrán confiar en aquellos que no son dignos de confianza?
Se alejan las aves, los pajaritos tienen sus resguardos, que feroces somos.
No hay cartel que despierte conciencia a un mundo que camina en oscuridad, consumir y desgastar lo creado es la consiga.
Conciencia verde no es suficiente, colocar un stickers en el auto o adoptar modas ambientalistas no cambiaran a los sordos de la razón.
No es una mera conciencia, convivir en medio de una sociedad que no valora la vida del ser humano, no valorará la vida de aquellos que no tienen valor para sus frías acciones. Donde el respeto es un principio ético y nada más, ¿Qué podemos hacer si el no se ejerce entre nosotros?
Comentarios
Publicar un comentario