Volar
Volar es posible, si lo es.
Es realmente posible hacerlo.
No es inimaginable ejercerlo.
Nunca ha sido inviable.
Volaremos, quién impide que lo hagamos.
Emprender es un intento de realizarlo.
Una locura para algunos, irreal para otros, pero concretable en aquellos que sueñan, pensarlo es volar.
Creer que se hará no es perder la razón, aunque sea catalogado como una idea fuera de toda cordura, algún día lo haremos.
Tomarse de las manos y lanzarse en pleno vuelo disfrutando de las alturas, caminar en las nubes, esculpir en ellas y observar cuan diminutos somos, nos ayuda a revisar las grandezas de nuestros alardes.
Volar para recibir el alba, volar para recibir la lluvia, volar para abrazar los abrazos de los seres amados, volar para pensar, volar para imaginar, volar con las aves, fijando el vuelo con ellas y adentrarse a sus hermosas coreografías, naturalmente perfectas.
Volar para besar tus labios, volar para tomarse de las manos, girando en la orilla del mar con alegres sonrisas, dibujar libremente en la arena es volar en las alas del amor.
Limitados, pero no inhabilitados de practicar un nuevo vuelo, cada despertar es un surcar hacia la eternidad, el tiempo vuela y nosotros en el.
Con el vuelo llegaremos al lugar que nos espera en la eternidad, ahí nos encontraremos con Aquel que hizo posible lo real dentro sus facultades.
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