Encuentro

Tarde de verano, mientras corre una brisa fresca del atardecer que velozmente corre a los brazos del anochecer, que momento, un espacio para el silencio, sigamos el curso, no nos detengamos, no permitamos que sean interrumpidos los instantes determinados, que fluyen de un lugar a otro. 

Te espero como la mañana espera la luz, como la tarde espera de la noche y como esta espera el amanecer, así espero por ti.

Recorrido hasta llegar a ti, vidas que se enlazan en miradas, miradas que se convierten en destellantes sonrisas, sonrisas que perduran al recordar tan imborrable instante, hito que irrumpió en nuestras existencias, un momento histórico que marco un antes y después. 

Ahí estaba la sombra de un cuerpo único e irrepetible, perfectamente armado, diseño hermoso, deslumbrante ser, que asomabas en el horizonte de nuestro destino, el camino nos guío al certero segundo de conocer el comienzo del conocernos.

Ahí estabas, ahí estábamos, ahí llegamos, nos paralizamos, ¿qué sucedió?, jamás pensé ver de tan cerca las constelaciones, no parecía veracidad, sino ficción en medio de lo real, increíble el atardecer hasta llegar a observar tu mirar, precioso segundo, impagable minuto, detenido en el más bello de los eventos, cuanto valor en el contemplar la sombra de tu ser.

Congelados, todo se detuvo, tiempo, reloj, tarde, movimientos todo pareció detenerse y como una cámara que envuelve con un giro en 360º, nuestros mundos se paralizaron, la rotación, la traslación no continuó con su trayecto. 

Un silencio inundó el aplastante ruido de la ciudad, el corazón explotó, los latidos retumbaron las placas de nuestros cuerpos, de dónde surgió tan inigualable expresión de la creación.

¿Cómo desperté no lo sé?, ahí estaba sin palabras frente a tan sensible mirada que iluminaba mi corazón, con dulzura y sencillez compartía alegría a tan pobre mortal. La mejor de las sonrisas, la más perfecta composición, una pieza de nobles acciones, que irradiaba felicidad, ¿es cierto? Me pregunte, es real este momento, incrédulo de aceptar la realidad.

Cuan pieza interpretada por la mejor de las orquestas, quien hubiese querido ese momento de inspiración para componer odas, baladas o rimas destilantes de amor. Admiración o cuan intrépido pintor para reflejar en su tela tan delirante belleza, puesta de sol son sus sonrisas, brisas de esperanza sus palabras, dulzura al paladar sus miradas, que envuelven a una mortal.

Un saludo, un inicio al comienzo, una introducción al desarrollo, un relato de nuestros futuros momentos, ahí estábamos sin saber donde llegaríamos, acá estamos tomados de las manos, aún pensando en que fuimos llamados por Dios ha caminar en conjunto en el mundo que se paralizó, sonriente mujer, preciosa criatura, estupenda y afable amiga. 

El tiempo se detuvo, porque quién lo maneja lo pauso para conocernos y detenerme a conocerle. 

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