La edad y su caminar

El corazón se desgasta, el flujo de la vida corre sin detenerse, no hay pausas en su travesía.


Las fuerzas se pierden y con ella la agilidad, no hay manera de retenerlas, ¿quién podría contenerlas sin que ellas se diluyan?


Aún la mente mas entrenada o desarrollada va perdiendo precisión, no podemos afirmar los recuerdos que con el pasar de los días se ocultan y traerlos al presente es una tarea muy compleja de ejecutar.


Ver correr a un adolescente es causa de nostalgia para aquel que lentamente se coloca de pie y con gran dificultad se mantiene sobre sus piernas.


Rostro cuidado, piel resguardada con finas cremas, las cuales no podrán evitar que el mar de las arrugas arrasen con la codiciada juventud.


Ocultar el esplendor de las canas es la batalla de los químicos, el pelo cambia de colores como las hojas en otoño, cabello que cede y se desliga de su raíz, como follaje que en invierno cae de las ramas para nunca más volver a ellas.


¿Quién ha pensado adherir el pelo caído?


Salir de la oscuridad para conocer una luz opaca que brilla más en la muerte, soltarse del cordón umbilical para emprender el vuelo de la independencia, solo será posible mantenerlo en los pensamientos.


Nacer para crecer, desarrollarse para morir, cual botón que sostiene los pétalos el hombre es sostenido a su desenlace, sea quien sea lo vivirá, no hay manera de zafarse de sus raíces.


Músculos bien dibujados no podrán enmarcarse en el cuerpo que sostiene una descomposición planificada.


Los oídos y su compañera audición comenzarán a deteriorarse sin que el servicio técnico pueda reparar lo que tiene fecha de vencimiento.


Los hermosos ojos y la tan desea vista emigrarán para nunca más regresar, intentos por fijar su presencia tendrán un efecto temporal, no hay manera en sostener las nubes en las manos o contener el viento en un recipiente. 


El ser humano nace dependiente, debe aprender de otros lo que deberá hacer por sí mismo. 


La vejez lo acompaña nuevamente a la dependencia, ya no podrá movilizarse con la soltura de un pez, necesitará de lentes que permitan ver lo que el deterioro de los años ya no le permiten observar. El mundo de colores y luces, se volverán grises y oscuros. 


Masticar con fiereza para degustar el fabuloso mundo de los sabores, será una pieza del ayer, el cuidado dental es importante, pero solo es un efecto pasajero. Porque el choclo desgranado no conoce de reversas. 


Las ganas de vivir se transformarán en ansias de partir, con cada movimiento un nuevo pétalo cae, el viento avanza en el desmantelamiento de los árboles. El sol no da tregua en secar la piel del tronco que más temprano que tarde se quebrará. 


Los huesos gastados se quebrajan, pulverizando los pasos del pobre y disminuido mortal.


Caminar erguidos con el pecho inflado durará lo que dura un cubo de agua al sol, no se puede sostener la soberbia cuando el tronco se dobla inevitablemente. 

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