Espejismo
Realidad, verdad, lealtad ¿Qué sentido tienen?
Espejismos que no tienen ni tendrán la sustancia de la materia que sostiene la realidad.
¿Qué sentido tiene lo original?
¿Cuál es el valor de la honestidad?
¿Cómo se ama la verdad en medio de las mentiras?
Lo genuino no tiene cavidad en el mundo de las imitaciones
Aparentar es la consigna de los que aman ser lo que no son, parecer en vez de realmente ser
Profesar un credo o vociferar una ideología sin vivirla es la sotana del que predica lo que nunca gustará vivir.
Vacíos que buscan llenar sus cañerías rotas, adornan sus cuerpos con logos que presumen de un estatus incierto y fútil.
Donde se sobrevive mintiendo en el sistema que acoge a los deshonestos, son ellos que sacian sus ansias de poder, jugando con lo que brilla, cegando la conciencia, convocando la irracionalidad de los que disfrutan las mentiras, anulan la belleza de la verdad, opacando el resplandor de lo cierto.
Hablar del pueblo, jugar con sus necesidades es la peor de la maldades, mentirles. Hacerles creer que sus ideas serán las puertas abiertas para entrar al universo de las fantasías, es burla despiadada del palabrero burlador.
Abrazos fingidos, sonrisas impuestas
Coimas que silencian la voz de la justicia
Discursos que dicen y no hacen
Miradas que entrenadas fijan sus ojos en los otros con el objetivo de validar una supuesta e incuestionable veracidad
Lo inverosímil es la filarmónica en los oídos de los que navegan en el mar de las traiciones
Presentar datos, impresionar con las estadísticas buscando tapar el abismo es la gran tarea de los embusteros, de un lugar a otro logran extraer la lealtad de los simples que viven tragando moscas con sus bocas abiertas.
Decir que sienten interés cuando en realidad todo se resume al oportunismo del egoísta. Es iluso pensar que podemos guardar los momentos en un par de burbujas.
Contratos fraudulentos que vacían las esperanzas del que quiere enriquecerse con las caricias de los sinvergüenzas.
Prometer amor eterno, dar palmadas en los hombros no es suficiente para afirmar la pureza del mayor de los tesoros, porque no todo lo que brilla es oro. De la misma manera no todo discurso emotivo representa el polen que nutre el corazón de alegrías sinceras.
Ocultar las evidencias, sacar las hojas, alterar los números, inflar los valores y recibir un depósito son los principales criterios para lograr el éxito en la ciudad de las aguas turbias.
Imitaciones que abundan por todos los espacios, las cunetas son su firmeza, en ellas se movilizan los que fingidamente caminan en las rutas de las hipocresías.
Relaciones que no tienen consistencia, mesas sin patas, sillas sin respaldos, vehículos sin motores, neumáticos sin aire, flores sin pétalos, árboles sin raíces, abrazos sin cuerpos, sonrisas sin afectos, palabras sin letras, lágrimas forzadas que fluyen de la presión y no por amor.
No se necesita ir a la escuela de teatro o leer textos dramáticos, sin saberlo muchos son libretistas que inventan irrealidades que afirman ser realidades.
La mentira nunca será una casualidad, ni ella florece después de un accidente, no proviene de lo improvisado; es pensada, analizada, mastica y luego vomitada.
Desinformar, mantener el flujo de la ignorancia, conciencias cauterizas a placer, el bienestar de los que manipulan es normalizar lo que quieren hacerles pensar que todo es una irrenunciable realidad, sabiendo que no lo es, utilizarán todos los medios para persuadir y convencer a los indoctos receptores de los dogmas contextuales.
Las máscaras no son propias de los festivales, donde se mire se encontrarán muchísimas de ellas, ¿qué se encuentra detrás de ellas?
Los actores se maquillan al levantarse el telón del alba y dejan el personaje al bajar el telón de las noches. Retomar el rol en la obra mayor será el negocio de quienes viven de las mentiras que lucran los hipócritas.
Los ilusionistas generan efectos visuales que hacen creer que los trucos mágicos son piedras reales, lo increíble parece ser parte del mundo real, llegando entonces a pensar que es posible encontrar a un elefante levitando y a un chimpancés piloteando un avión de pasajeros.
Creemos y caemos en el pozo profundo de la desilusión cuando los ojos se abren y logran ver la verdad de la irrealidad.
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