La crueldad en nombre de nada
Los niños
huyen de los miedos
Escapan
las niñas de los monstruos
Ellos
arrancan de los tiranos
No tienen
paz en las tierras de los villanos
No pueden
descansar en los espacios aniquilados
Quieren
ser felices y una nube se levanta sobre ellas, como edificio derrumbado por un
dron del terror
Vuelos que
no volverán
Sonrisas
borradas
Llantos y
angustias perpetuas
Fragmentos
que hieren, heridas que no sanarán
Gritos de
auxilios que no podrán ser escuchados
Suspirar
constantemente hasta que las lágrimas dejen de fluir.
Para
muchos los abrazos no serán parte del presente, porque en partes se volvieron
sus brazos
Crueldad
expresada, injustamente castigados por los sin afectos.
Cabelleras
hermosas cubiertas de pólvoras, elementos químicos que destruyen sus inocentes
pieles descoloradas por los destellos del horror.
Maldad
consumada en el campo de las peores batallas
Asesinar a
quienes solo pueden cargar dulces, balones, flores, muñecas, sueños, ilusiones
y juegos, cargar sobre ellos las esquirlas, es una manifestación del sinsabor
que fluye en el hacedor de pesadillas.
Justificaciones
que argumentan sobre lo absolutamente injustificable, razones que profundizan
las mutilaciones del alma.
Ellas y ellos solamente querían sonreír.
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