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Mostrando entradas de diciembre, 2022

El silencioso sufrimiento, abertura de la esperanza

Muere el silencio del pecado El cual nos lleva a destruir lo más preciado e importante en la existencia de la misma. Muere el soplido de ella El susurro de su viento al pasar por los lugares y secretos espacios. Mueren los instantes y segundos mas radiantes del cosmos. El Universo pierde su esencia y valor. Ya nada sobrevive en la sobrevivencia de la existencia. No hay forma de volver a comenzar dicta el corazón desfallecido. Porque todo lo que algún día tuvo valor en sí mismo, ya no lo tiene. El sentido de la causa y la razón no tiene la emoción que evocan sus recuerdos en el alma. Desnudo, vacío y carente de luz para proseguir la vida en su existencia. Se desvaneció en los ojos sus destellos, pero qué puede hacer. Vergüenza aguda que corre por las arterias sin querer detenerse, todo el cuerpo afectado por el fluido que parece veneno paralizando la vida del sufriente culpable. No soy Dios para ordenar el caos de las imprudencias y desobediencias iniciadas en lo recóndito del ser. Muer...

El reconocimiento

Ser conocidos y reconocidos por lo que hicimos, hacemos o haremos. Dejar un legado que inspire o tal vez un desagrado que haga sacar violentamente las hojas de los recuerdos. ¿Qué recordarán de nuestro caminar? Desplegarse para impresionar no será una noble decisión. No siempre hay nobleza en la realización de la piedad, ¿qué hay de ese altruismo? Buscar impresionar al que nos observa, dejar impávido al que nos rodea ¿qué sentido tiene? ¿Dónde están enfocadas las motivaciones? Buscar admiración para rociar el campo del orgullo o hacer el bien para honrar la fuente de el. Cual faisán que exhibe su exuberante belleza o como el pavo real que impone sus majestuosos colores impresionando al más indiferente de los mortales.   Es imposible ser insensible a tan distinguido momento, de qué forma lo explica la estética, contemplar, admirar el accionar de aquello que por esencia lo es, sin presumir, tan sólo dejarse ser por lo que es. Como zascandil que nada obtiene ni fruto tiene su hacer, e...

Conocidos...

En qué somos conocidos y por qué lo hacemos. Cuál es el sello distintivo de nuestro hacer y lo hacemos para qué. Nuestro sentido de ser tiene una vocación, lo cual conlleva una acción ¿cuál es la razón de ello? ¿Qué hace la diferencia entre tantos? Un mandato circunstancial o demanda irrenunciable que se sostiene como piedra angular que fija el hacer.   Hacerlo o dejarlo de hacer, marca la diferencia entre aquellos que realmente lo entienden como esencia o diferir de otros que solo  lo comprenden como hito en particular. Difundir lo ejercido es innegable, ocultar la sombra que nos acompaña como quien atestigua de nuestro pasar, luz que ilumina, oscuridad que oculta la realidad. Luz y sal, no sombras y sinsabores, dulce verdad que diluye la fingida maldad. Lumbreras que deben mostrar el sendero, no eclipses qué opacan el caminar, vida que empuja el abrazo que nos llena de esperanzas en medio de un mundo descolorido y teñido de sangre, dolor y muerte.   En esto serán conoci...

La silenciosa decadencia

La decadencia es un desgaste, un tenue descolorido, un proceso que silenciosamente comienza en el corazón; no es un evento del momento o espontáneo, no tiene relación al movimiento telúrico, que dé un instante a otro todo lo mueve, quiebra o saca de lugar. La decadencia es un pasar del paso, tal erosión que cobra efecto en el mover del tiempo, lo visto en el presente tiene su data en el ayer, tal termitas que silenciosamente carcomen los cimientes de la casa, socavando la estructura que sin darse cuenta esta debilitada, que sorpresivamente caerá, cediendo a la presión del peso. Esto no será sino el efecto de un proceso lento, muy lento que no fue observado porque no se detuvo el ojo en la noble tarea de ver lo determinantemente importante. La sistemática tarea del óxido que afecta los metales, que invencibles van por las piezas, conjuntos y estructuras, dan la impresión que nada ni nadie los afectará, en secreto el ácido va carcomiendo la fuerza del que sostiene, destruyendo sus fuerza...

Encuentro

Tarde de verano, mientras corre una brisa fresca del atardecer que velozmente corre a los brazos del anochecer, que momento, un espacio para el silencio, sigamos el curso, no nos detengamos, no permitamos que sean interrumpidos los instantes determinados, que fluyen de un lugar a otro.  Te espero como la mañana espera la luz, como la tarde espera de la noche y como esta espera el amanecer, así espero por ti. Recorrido hasta llegar a ti, vidas que se enlazan en miradas, miradas que se convierten en destellantes sonrisas, sonrisas que perduran al recordar tan imborrable instante, hito que irrumpió en nuestras existencias, un momento histórico que marco un antes y después.   Ahí estaba la sombra de un cuerpo único e irrepetible, perfectamente armado, diseño hermoso, deslumbrante ser, que asomabas en el horizonte de nuestro destino, el camino nos guío al certero segundo de conocer el comienzo del conocernos. Ahí estabas, ahí estábamos, ahí llegamos, nos paralizamos, ¿qué sucedió?,...